miércoles, 30 de marzo de 2011

POESIA EN LENGUA INGLESA

Williams Butler Yeats
(IRLANDA. Dublín, 13 de junio de 1865 -  Roquebrune-Cap-Martin, Francia, 28 de enero de 1939)

PLEGARIA POR MI HIJA

Brama otra vez la tempestad; mi niña
duerme escondida bajo la capota
de su cuna y la colcha. Sólo el bosque
de Frégory y un alcor pelado frenan
el huracán nacido en las remotas
regiones del Atlántico;
el huracán que enrasa almiares y tejados.
Desde hace una hora me paseo y rezo,
Porque mi mente está cubierta de tinieblas.
Me paseo y rezo por esa niña
desde hace una hora, oyendo
cómo asalta la torre y pasa bajo el puente
aullando fiero, el viento del Océano
-que luego vocifera entre los olmos,
por encima del río que ha hinchado sus caudales-.
En mi ensoñador emocionado veo
ante mí los años futuros
que de la cruel inocencia de los mares salen,
y llegan bailando al compás de un tambor loco.
¡Que le sea otorgada la hermosura!
Pero no la hermosura que enloquece
a quien la mira, o a su propia dueña
cuando está ante el espejo. Esas mujeres
que fueron hechas demasiado hermosas creen
que la belleza es fin y así se basta;
pierden la natural bondad, e incluso pierden
la intimidad reveladora, antorcha
que guía en la elección y nunca encuentran
un verdadero amigo.

Helena fue elegida por hermosa:
le pareció monótona e insípida su vida,
y por un insensato, envuelta, estuvo luego
en sinsabores y amarguras.
La bellísima reina, en cambio, que nació en la espuma,
pudo elegir, falta de padre, a su capricho,
y tomó por marido a un estevado.
Las mujeres hermosas comen con la carne
una ensalada de locura
y el Cuerno de la abundancia desatan de ese modo.

Yo la querría docta, sobre todo
en amabilidad; los corazones
no son un don que se nos hace, pero hay muchas
que, sin ser por completo hermosas,
ganan los corazones. Muchos hombres,
infortunados e insensatos,
que persiguiendo la belleza enloquecieron,
recobraron cordura luego
gracias al puro encanto y a la gracia.

Wallace Stevens
(USA. Reading, Pennsylvania, 2 de octubre de 1879 – Connecticut, 2 de agosto de 1955)

JARDÍN MÍSTICO Y BESTIA MEDIOCRE

El poeta caminando entre las tabaquerías,
El almuerzo de Ryan, las sombrerías, las aseguradoras y
las farmacias,
Niegan aquella abstracción en un vicio salvo
Para los fatuos. Estos son sus muros infernales,
Un espacio de piedra, de base inexplicable
Y picos que remontan posibles adjetivos.
Un hombre, la idea de un hombre, eso es el espacio,
La verdadera abstracción en la que se pasea.
La era de la idea del hombre, el manto
Y el discurso de Virgilio cayeron, ahí es donde camina,
Ahí es donde sus himnos llegan en tumulto, himnos de héroes,
Coral para voces montañeses y canto moral,
Feliz más que sagrado sin embargo muy feliz,
Himnos diurnos en vez de ritmos constelados,
Himnos sobre la lucha de la idea de dios
Y la idea del hombre, el jardín místico
Y la bestia mediocre, el jardín del paraíso
Y él que creó el jardín y lo pobló.
METÁFORAS DE UN MAGNÍFICO

Veinte hombres que cruzan un puente y entran a un pueblo.
Son veinte hombres que cruzan veinte puentes y entran a veinte pueblos.
O un hombre que cruza un solo puente y entra a un solo pueblo.
Esta es una canción vieja que se niega a explicarse…
Veinte hombres que cruzan un puente, y entran a un pueblo, son veinte hombres que cruzan un puente y entran a un pueblo.

James Joyce
(Dublín, 2 de febrero de 1882 – Zúrich, 13 de enero de 1941)

TODO EL DÍA HA LLOVIDO SIN CESAR

Todo el día ha llovido sin cesar.
Nos refugiará el denso árbol cargado
de hojas: no nos podrán aquí alcanzar
las aguas del pasado.
Es mejor alejarnos del lugar
donde habita el pasado insoportable.
Ven, así nos podemos acercar:
deja que mi alma te hable.

ECCE PUER

Del oscuro pasado
Nace un niño;
De gozo y de pesar
Mi corazón se desgarra.

Tranquila en su cuna
La vida yace.
¡Que el amor y la piedad
Abran sus ojos!

Joven vida se exhala
Sobre el cristal;
El mundo que no era
Se llena de existencia.

Un niño duerme:
Un anciano ha partido.
¡Oh padre abandonado
Perdona a tu hijo!

William Carlos Williams
(USA. Rutherford, New Jersey, 17 de septiembre de 1883 – Rutherford, 4 de marzo de 1963) 

PASTORAL

Cuando era muy joven era muy claro para mí que tenía que hacer algo de importancia.

Más viejo ahora camino por las callejuelas admirando las casas de los pobres; el techo mal alineado con las paredes, los patios llenos de estorbos; tela de alambre vieja, cenizas, muebles estropeados; cercas y retretes hechos de duelas de barril y pedazos de caja, todos si tengo suerte pintarrajeados de un azul verdoso que bien pulido por los elementos es el color que más me gusta.

CONSAGRACIÓN DE UN PEDAZO DE TIERRA.

Este pedazo de tierra
frente a las aguas de esta ensenada
consagra la viviente presencia
de Emily Dickinson Wellcome
que nació en Inglaterra, se casó,
perdió a su marido y con su hijo
de cinco años se embarcó
en un barco de dos mástiles, rumbo
a Nueva York, fue aventada hasta las Azores,
encalló en los bancos de la Isla del Fuego,
en una casa de huéspedes de Brooklyn
encontró a su segundo marido,
se fue con él a Puerto Rico,
parió otros tres hijos, perdió
a su segundo marido, vivió
trabajosamente ocho años
en Santo Tomás y en Santo Domingo, siguió
a su hijo mayor a Nueva York, perdió
a su hija, a su "nene",
recogió a los chicos del hijo mayor
de su segundo matrimonio, los crió
__ quedaron huérfanos__ peleó
por ellos con la otra abuela
y las tías, los trajo aquí
verano tras verano y aquí se defendió
contra pícaros, tormentas, sol, fuego,
contra las moscas, contra
las muchachas que venían a husmear,
contra la sequía, la cizaña, las marejadas,
los vecinos, las comadrejas ladronas
de gallinas, contra
la flaqueza de sus propias manos
y la fuerza creciente
de los muchachos, contra el viento,
las piedras, los intrusos, las grietas,
contra su propia alma.
Desenyerbó esta tierra con sus manos,
tiranizó desde esta parcela, puso
como trapo al hijo mayor
hasta que no la compró, aquí
vivió quince años, aquí
alcanzó la soledad final y __
Si no puedes traer nada sino
tu osamenta: quédate afuera.

D. H. Lawrence
(REINO UNIDO. Eastwood, 11 de septiembre de 1885 - Vence, Francia, 2 de marzo de 1930)

DEMOCRACIA

Soy demócrata cuando amo el sol libre que encuentro en
Los hombres,
y aristócrata cuando detesto a los posesivos, a los
de entrañas mezquinas.

En todo hombre amo el sol
cuando lo veo entre sus cejas,
claro, sin temor, aun pequeño.

Pero cuando veo esos grisáceos hombres de éxito
tan pestilentes y cadavéricos, absolutamente sin sol,
como groseros esclavos de la prosperidad,
balanceándose mecánicamente,
entonces soy más que radical, y quiero manejar una guillotina.

Y cuando veo obreros,
pálidos y sórdidos como insectos, hormigueando
y viviendo como piojos por un poco de dinero,
y no mirando nunca hacia arriba,
entonces quisiera como Tiberio,
que la muchedumbre tuviera una sola cabeza
para podérsela hachar.

Siento que cuando los hombres pierden el sol
no deben existir más.


Ezra Pound
(USA. (Hailey, Idaho, 30 de octubre de 1885 – Venecia, Italia, 1 de noviembre de 1972)

FRANCESCA

Entraste de la noche y había flores en tus manos ahora vendrás de un gentío confuso y un tumulto de palabras.
Yo que te he visto entre cosas primarias me enojé cuando pronunciaron tu nombre en lugares comunes.
Desearía que olas frías anegaran mi mente y que el mundo volara como una hoja seca.
O como un cardo despojado de semillas; para encontrarte de nuevo sola.


COMISIÓN

Id, oh mis canciones, al encuentro de los solitarios e insatisfechos,
Los que son un manojo de nervios, los esclavos de las convenciones,
Llevadles mi desprecio por sus opresores.
Id como una gran ola de agua fresca.
Llevando mi desprecio por sus opresores.

Hablad contra la opresión inconsciente,
Contra la tiranía de los que no tienen imaginación,
Hablad contra los lazos que oprimen,
Id en busca de la burguesa que muere de aburrimiento,
De las mujeres de los suburbios,
De los espantosamente casados,
Los que ocultan su fracaso,
Hablad a las uniones desafortunadas,
A la esposa comprada,
A la mujer vinculada definitivamente a un hombre.

Id al encuentro de aquellos cuya lujuria es delicada,
Cuyos delicados deseos se ven frustrados,
Caed como una plaga sobre el fastidio, la torpeza del mundo;
Id afiladas contra todo esto
Fortaleced los lazos sutiles,
Traed confianza a las algas y tentáculos del alma.
Id de manera amistosa,
Con lenguaje abierto
Ansiosas de encontrar nuevos males y una nueva bondad;
Estad siempre contra toda forma de opresión.
Id en busca de los que comienzan a engordar con los años,
Y de aquellos que han perdido el interés por la vida.

Id al encuentro del adolescente asfixiado por su familia
Oh, qué horrible es
Ver a tres generaciones reunidas en una sola casa!
Es como un árbol viejo con ramas verdes que despuntan,
Y con ramas a punto de caerse, putrefactas.
Id a desafiar la opinión,
A luchar en contra de esta esclavitud vegetal de la sangre.
Estad siempre contra toda clase de estancamiento.


Thomas Stearns Eliot
(USA. St. Louis, Missouri, 26 de septiembre de 1888 - Londres, 4 de enero de 1965)

BURNT NORTON

El presente y el pasado serán tal vez presente en el futuro y el futuro esté contenido en el pasado.

Si todo tiempo está eternamente presente todo tiempo es irremediable.

Lo que pudo haber sido es una abstracción que sigue siendo posibilidad perpetua solamente en un mundo de especulación.

Lo que pudo haber sido y lo que ha sido señalan un mismo punto, siempre presente.

El eco de pisadas resuena en la memoria a lo largo del corredor que no seguimos hacia la puerta que jamás abrimos al jardín de las rosas. Así el eco de mis palabras en tu mente, resuena pero con que fin inquietan así el polvo en un tazón de pétalos de rosa no lo sé.


EL PRIMER CORO DE LA ROCA

Se cierne el águila en la cumbre del cielo,
El cazador y la jauría cumplen su círculo.
¡Oh revolución incesante de configuradas estrellas!
¡Oh perpetuo recurso de estaciones determinadas!
¡Oh mundo del estío y del otoño, de muerte y nacimiento!
El infinito ciclo de las ideas y de los actos,
infinita invención, experimento infinito,
Trae conocimiento de la movilidad, pero no de la quietud;
Conocimiento del habla, pero no dei silencio;
Conocimiento de las palabras e ignorancia de la Palabra.
Todo nuestro conocimiento nos acerca a nuestra ignorancia,
Toda nuestra ignorancia nos acerca a la muerte,
Pero la cercanía de la muerte no nos acerca a Dios.
¿Dónde está la vida que hemos perdido en vivir?
¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que hemos perdido en información?
Los ciclos celestiales en veinte siglos
Nos apartan de Dios y nos aproximan al polvo.

Edward Estlin Cummings
 (USA. Cambridge, Massachusetts, 14 de octubre de 1894 – New Hampshire, 3 de septiembre de 1962

ME GUSTA MI CUERPO CUANDO ESTÁ CON TU CUERPO

Me gusta mi cuerpo cuando esta con tu
cuerpo. Es algo tan completamente nuevo.
Los músculos mejor y los nervios más.
Me gusta tu cuerpo, me gusta lo que hace,

me gusta sus modos. Me gusta sentir la
columna
vertebral y sus huesos, y la (firme) suavidad temblorosa
y lo que una y otra vez besaré,

y me gusta besar esto y aquello de ti,
me gusta acariciar el vello escandalizador
de tu eléctrica piel, y que es (esto)
viene la carne dividida... y los ojos grandes, migajas de amor.

Y quizá me gusta la emoción
de ti abajo de mi, tú... tan completamente nueva.


LLEVO TU CORAZÓN CONMIGO

Llevo tu corazón conmigo
(Lo llevo dentro de mi propio corazón)

Y nunca estoy sin él
(Donde quiera que voy, ahí estás mi querida;
cualquier cosa hecha por mí, es también hecha por tí mi cariño).

No temo a ningún destino
(Pues tu eres mi único destino, mi dulcinea)

No quiero ningún mundo
(Pues belleza, tu eres mi mundo, mi verdad).
Tu eres lo que la luna siempre quiso significar
y lo que el sol siempre ha querido cantar, eso eres tu.

He aquí el secreto más profundo que nadie sepa
(He aquí la raíz de la raíz, el botón del botón y
el cielo del cielo de un árbol llamado vida;
que crece más alto que la fe del alma o del escondite de la mente)

Y éste es el milagro que mantiene a las estrellas separadas:

Llevo tu corazón
(Lo llevo dentro de mi propio corazón)

Samuel Beckett
(Dublín, 13 de abril de 1906 – París, 22 de diciembre de 1989)

LA ESPERANZA

embustero,
hasta que la perdí, no supe de la felicidad.
Copiaré del infierno en la puerta del cielo:
dejad toda esperanza los que entráis.


DORMIR HASTA LA MUERTE

nos cura siempre
ven a aliviar
esta vida este mal

ALBA

antes de que amanezca aquí estarás
y Dante y el Logos y todos los estratos y misterios
y la luna marcada
allende el blanco plano de la música
que establezcas aquí antes del alba¹

solemne suave seda cantarina
inclínate hacia el negro firmamento de areca³
lluvia sobre bambúes flor de humo callejuela de sauces

quienes aunque te inclines con dedos compasivos
para abonar el polvo
en nada aumentarán tu generosidad
cuya belleza ante mí será como un sudario²
informe de sí misma que se extiende sobre la tempestad de los emblemas
de modo que no hay sol ni hay revelaciones
ni víctima tampoco
yo solamente y el sudario luego
y un bulto muerto ya

Wystan Hugh Auden
 (USA. York, Inglaterra, 21 de febrero de 1907 – Viena, 29 de septiembre de 1973)

A LA MEMORIA DE W. B. YEATS 
(Fragmento)

Desapareció a la mitad del invierno:

Los arroyos estaban congelados, los aeropuertos casi desiertos, y la nieve desfiguraba las estatuas públicas; el mercurio bajaba en la boca del día moribundo; los instrumentos que tenemos todos están de acuerdo en que el día de su muerte fue un día obscuro y frío.

Lejos de su enfermedad los lobos siguieron corriendo a través de bosques siempre verdes el río campesino no sintió la tentación de los muelles elegantes; lenguas enlutadas no permitieron que las muerte del poeta invadiera sus poemas, pero para él esa fue la última tarde en que siguió siendo él mismo.

Una tarde de enfermeras y rumores, las provincias de su cuerpo se rebelaron; las plazas de su mente estaban desiertas, el silencio invadió los suburbios.

POESÍA Y VERDAD. UN POEMA NO ESCRITO
(Fragmento)

I
Esperando tu llegada mañana, me descubro pensando que Te amo: luego aparece la idea: me gustaría escribir un poema expresando exactamente lo que quiero decir cuando pienso estas palabras.

II
A cualquier poema escrito por otra persona lo primero que le pido es que sea bueno —quien lo haya escrito es de importancia secundaria; a cualquier poema escrito por mí, lo primero que le exijo es que sea genuino, reconocible, al igual que mi propia caligrafía, como un poema escrito, para bien o para mal, por mí. (Cuando se trata de sus propios poemas, las preferencias del poeta y las de sus lectores a menudo se enciman pero pocas veces coinciden).

Dylan Thomas
(REINO UNIDO. Swansea, Gales, 27 de octubre de 1914 – Nueva York, 9 de noviembre de 1953)


Antes que llamara y la carne me abriese,
que mis líquidas manos golpearan en el vientre,
yo, que era entonces informe como el agua
que formaba el Jordán junto a mi casa
era hermano de la hija de Mnetha
y hermana del gusano que gestaba la vida.

Yo que era sordo ante la primavera y el verano,
que no sabía los nombres de la luna y el sol,
ya sentía el latido bajo la armadura de mi carne,
aunque existía sólo en forma de infusorio,
veía las plomizas estrellas, el martillo lluvioso
que mi padre balanceaba en su cúpula.

Conocía el mensaje del invierno,
los dardos del granizo y la nieve pueril
y el viento era mi hermana pretendiente;
en mí saltaba el viento, el rocío infernal;
y mis venas fluían con los climas de oriente;
antes que me engendraran supe el día y la noche.

Antes que me engendraran ya por cierto sufría;
el potro de tortura de los sueños
enroscaba mi osamenta de lirio
en una cifra viva,
la carne era cortada para cruzar los bordes
de las horcas en cruces sobre el hígado
y las zarzas de los cerebros estrujados.

Mi garganta conocía la sed antes de la estructura
de vena y piel alrededor del pozo
donde palabras y agua se entremezclan
sin pausa alguna, hasta pudrir la sangre,
mi corazón conocía el amor, mi vientre el hambre;
al gusano yo olía entre mis propias heces.

Después el tiempo envió a mi mortal criatura
a derivar o ahogarse en los océanos
habituados a la aventura de la sal
en las mareas que jamás tocan las orillas.
Yo que era rico, me hice más rico aún
sorbiendo poco a poco el vino de los días.

Nacido del espectro y la carne, no era espectro
ni hombre, sino espectro mortal.
Y luego me abatió la pluma de la muerte.
Fui mortal hasta el último suspiro prolongado
que llevó hacia mi padre
el mensaje de su agónico cristo.

Tú que te inclinas en la cruz y el altar
acuérdate de mí y apiádate de Aquel
que mi carne y mi sangre tomó por armadura
y llegó a traicionar el vientre de mi madre.

Charles Bukowski
 (USA. (Andernach, 16 de agosto de 1920 - Los Ángeles, 9 de marzo de 1994)

CRUCIFIJO EN UNA MANO MUERTA

Sí, comenzaron a salir de un sauce,
creo que las imponentes montañas
comenzaron a salir de un sauce
y siguen saliendo sin consideración
hacia los pumas y los duraznos
de alguna manera
esas montañas son como una anciana
con mala memoria y una bolsa de las comprar.
Estamos en el hoyo.
Esa es la idea.
Soterrada en la arena y los callejones,
esta tierra maniatada, bofeteada, dividida,
sostenida como un crucifijo en una mano muerta,
esta tierra comprada, revendida,
comprada otra vez y vendida de nuevo,
desde que las largas guerras terminaron
y los españoles regresaron a España
con su parafernalia marina,
y ahora los fraccionadores, caseros, terratenientes
ingenieros de carreteras discuten.
Esta es su tierra y yo camino por ella,
vivo en ella
cerca de Hollywood
desde donde veo hombres jóvenes en sus cuartos
escuchando relucientes discos
y pienso en los viejos adictos a la música
enfermos de todo, muertos como el suicidio
pienso que lo hacen voluntariamente,
y que para aguantar vivir en esta tierra
lo mejor es regresar al Mercado Central,
mirar a las ancianas mexicanas,
a las pobres… apuesto a que has visto a estas mujeres
desde hace muchos años discutiendo
con los mismos jóvenes cajeros japoneses
ingeniosos, informados y amarillos
en medio de sus naranjas, manzanas, aguacates,
jitomates y pepinos, todo muy caro
y ya sabes cómo se ve todo eso, hacen que se vea bien
como si te lo pudieras comer todo
enciendes un puro, le das un jalón y escupes el cochino
mundo en una bocanada de humo.
Entonces lo mejor es regresar a los bares,
a los mismos bares de madera, de olor rancio,
despiadados, verdes
con un joven policía caminando de un extremo a otro
asustado y buscando problemas,
con cerveza de mala calidad
donde el borde de los tarros está embarrado de vómito
y podredumbre,
tienes que ser duro en las tinieblas para ignorarlo,
para ignorar al miserable, para ignorarte a ti mismo
y a la bolsa de las comprar entre tus piernas
allá abajo todos se sienten bien
con los aguacates y las naranjas y el pescado fresco
y las botellas de vino,
¡quién necesita pasar el invierno en Fort Lauderdale?
Hace 25 años solía haber allí una puta
Con una nube en un ojo,
Era muy gorda y hacia pequeñas campanas plateadas
Con el papel aluminio de las cajetillas de cigarros.
NOSOTROS LOS DINOSAURIOS

Nacimos así
en medio de esto
mientras rostros de tiza sonríen
mientras doña muerte ríe
mientras los ascensores se rompen
mientras panoramas políticos se disuelven
mientras el chico del supermercado
termina la Universidad
mientras peces envueltos en petróleo
escupen su aceitosa plegaria
mientras el sol está enmascarado.
Nacimos así
en medio de esto
en medio de guerras prudentemente enloquecidas
en medio del paisaje de fabricas con ventanas
rotas y vacías
en medio de bares en donde la gente ya no habla
en medio de peleas que pasan de los puños a
las armas y a las navajas.
Nacimos en esto
entre hospitales tan caros que es más barato morirse
entre abogados que te cobran tanto, que es más
barato declararse culpable.
En un país donde las cárceles están llenas
y los manicomios cerrados.
En un lugar donde las masas elevan a los ineptos
a la categoría de héroes.
Nacimos en esto
caminamos y vivimos
através de esto
muriendo por esto
mutando por esto
silenciados a causa de esto
castrados,
abusados,
desheredados
por esto,
engañados por esto,
usados por esto,
jodidos por esto
enloquecidos y enfermos por esto,
convertidos en seres violentos
convertidos en seres inhumanos
por esto.
Los corazones están ennegrecidos
los dedos buscan las gargantas
al revolver
la navaja
a la bomba
los dedos se dirigen hacia un Dios insensible
que no responde.
Los dedos van a la botella
a las pastillas
a la pólvora.
Hemos nacido en medio de esta lastimosa devastación
hemos nacido en medio de un gobierno endeudado
hace 60 años
que pronto no podrá pagar siquiera los intereses
y los bancos arderán
y el dinero no servirá para nada.
Habrá asesinos libres e impunes por las calles
habrá pistolas y mafias oficiales.
La tierra se volverá inútil
los alimentos serán una recompensa que se esfuma.
El poder nuclear estará en manos de la mayoría
explosiones sacudirán la tierra.
Hombres robot afectados por radiaciones
acecharán a otros hombres.
Los ricos y los elegidos observarán
desde plataformas espaciales.
El infierno de Dante parecerá
un juego de niños.
El sol ya no se verá y será siempre noch
los árboles morirán
toda la vegetación morirá
hombres afectados por radiaciones comerán
la carne de otros hombres afectados por radiaciones.
El mar estará contaminado
los lagos y los ríos desaparecerán
la lluvia será el nuevo oro.
Un viento oscuro esparcirá el hedor de
cuerpos putrefactos de hombres y animales
los escasos sobrevivientes serán, asediados
por nuevas y horribles enfermedades.
Y las plataformas espaciales se irán
destruyendo por el desgaste y la
escasez de provisiones
y el simple efecto de la decadencia general.
Y entonces surgirá de eso
el silencio más hermoso
jamás oído
y el sol todavía ahí, oculto
estará esperando el próximo capítulo.

Jack Kerouac
 (USA. Lowell, Massachusetts, 12 de marzo de 1922 - St. Petersburg, Florida, 21 de octubre de 1969)
           
CORO 55

Algún día tendrán que erigir monumentos
En honor a los locos
que viven en los manicomios

Aceptando como los primeros pioneros
Que cuando pierdes la razón
Has alcanzado la perfecta sabiduría

Una que no predica cosas
Como “yo soy, yo seré, yo pienso”
O como “yo haré esto y aquello”

Una desprovista tanto de locura
Como de la virtud del desapego

Pero entretanto estos obtusos
Doctores seguirán creyendo
Que la locura es locura

E invertirán un billón de dólares
en una religión llamada Psicomedicina
arrrgggghhhh.

Pero algún día aceptaremos
Que todo lo que existe en el
Bard Ard es completamente cuerdo

Algún día, por la mañana, en plena soledad

CORO 56

Algunos enloquecerán con números
Otros con palabras

Algunos fingirán perder la razón
Y la perderán de todos modos

Algunos no, algunos permanecerán ocultos
Algunos fornicarán en enormes cuartos oscuros
Con una fantástica belleza de pelo corto
Que acostada en la cama todo lo escucha

Para Sinatra –algunos serán como la flama
De un vela parpadeando suavemente en la noche

Algunos trabajarán en el hipódromo
Otros guardarán jabón en sus bolsillos

Algunos cantarán en la cárcel del Bronx
Otros no lo harán en la de Riker

Algunos saldrán de ellas
Con cabezas de acero
Algunos más usarán abrigos
Y les costará trabajo.

Allen Ginsberg
 (USA. Paterson, New Jersey, 3 de junio de 1926 – New  York, 5 de abril de 1997)

AULLIDO (Fragmento)

¿Qué esfinge de cemento y aluminio abrió sus cráneos y devoró sus cerebros y su imaginación?
¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Ceniceros y dólares inalcanzables! ¡Niños gritando bajo las escaleras! ¡Muchachos sollozando en ejércitos! ¡Ancianos llorando en los parques!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Pesadilla de Moloch! ¡Moloch el sin amor! ¡Moloch mental! ¡Moloch el pesado juez de los hombres!
¡Moloch la prisión incomprensible! ¡Moloch la desalmada cárcel de tibias cruzadas y congreso de tristezas! ¡Moloch cuyos edificios son juicio! ¡Moloch la vasta piedra de la guerra! ¡Moloch los pasmados gobiernos!
¡Moloch cuya mente es maquinaria pura! ¡Moloch cuya sangre es un torrente de dinero! ¡Moloch cuyos dedos son diez ejércitos! ¡Moloch cuyo pecho es un dínamo caníbal! ¡Moloch cuya oreja es una tumba humeante!
¡Moloch cuyos ojos son mil ventanas ciegas! ¡Moloch cuyos rascacielos se yerguen en las largas calles como inacabables Jehovás! ¡Moloch cuyas fábricas sueñan y croan en la niebla! ¡Moloch cuyas chimeneas y antenas coronan las ciudades!
¡Moloch cuyo amor es aceite y piedra sin fin! ¡Moloch cuya alma es electricidad y bancos! ¡Moloch cuya pobreza es el espectro del genio! ¡Moloch cuyo destino es una nube de hidrógeno asexuado! ¡Moloch cuyo nombre es la mente!
¡Moloch en quien me asiento solitario! ¡Moloch en quien sueño ángeles! ¡Demente en Moloch! ¡Chupa vergas en Moloch! ¡Sin amor ni hombre en Moloch!
¡Moloch quien entró tempranamente en mi alma! ¡Moloch en quien soy una conciencia sin un cuerpo! ¡Moloch quien me ahuyentó de mi éxtasis natural! ¡Moloch a quien yo abandono! ¡Despierten en Moloch! ¡Luz chorreando del cielo!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Departamentos robots! ¡Suburbios invisibles! ¡Tesorerías esqueléticas!
¡Capitales ciegas! ¡Industrias demoníacas! ¡Naciones espectrales! ¡Invencibles manicomios! ¡Vergas de granito! ¡Bombas monstruosas!
¡Rompieron sus espaldas levantando a Moloch hasta el cielo! ¡Pavimentos, árboles, radios, toneladas! ¡Levantando la ciudad al cielo que existe y está alrededor nuestro!
¡Visiones! ¡Presagios! ¡Alucinaciones! ¡Milagros! ¡Éxtasis! ¡Arrastrados por el río americano!
¡Sueños! ¡Adoraciones! ¡Iluminaciones! ¡Religiones! ¡Todo el cargamento de mierda sensible!
¡Progresos! ¡Sobre el río! ¡Giros y crucifixiones! ¡Arrastrados por la corriente! ¡Epifanías! ¡Desesperaciones! ¡Diez años de gritos animales y suicidios! ¡Mentes! ¡Nuevos amores! ¡Generación demente! ¡Abajo sobre las rocas del tiempo!
¡Auténtica risa santa en el río! ¡Ellos lo vieron todo! ¡Los ojos salvajes! ¡Los santos gritos! ¡Dijeron hasta luego! ¡Saltaron del techo! ¡Hacia la soledad! ¡Despidiéndose! ¡Llevando flores! ¡Hacia el río! ¡Por la calle!

Ted Hughes
(REINO UNIDO. Yorkshire, 17 de agosto de 1930)

MIRAR AL LOBO (Fragmento)

El viejo lobo blanco como un oso lanudo
escucha a la ciudad de Londres. Sus ojos marchitos
bajo la lana blanca son mirillas negras.
Y tantea, husmea las ofrendas
del horizonte del ruido, la invitación al aire
del gélido abril. El montón de carne
es su prisión. Seguro que se ha pasado la vida entera
detrás de barrotes, dejándose la vista
en la reja de la prohibición. Bosteza
malhumorado como un viejo y el bostezo
llega hasta Kensington y allí se detiene
desanimado por los cristales. Las miradas
le han desgastado. Las miradas de los niños
lo han ajado hasta convertirlo en una distracción
patosa,
en un lobo peludo de juguete. Ya está harto.
Se enrosca alrededor de la piedra refrescante
Que es cada vez más pesada. Luego hay que soportar
a más curiosos, una nueva prueba
con ruidos nuevos, gente nueva con olores nuevos
llegan a la verja. Él levanta
su fardo inservible y lo deja caer de nuevo,
moviéndose y haciéndose una pelota intranquila.
De su poder solo queda un mejunje de sombras,
un revoltijo de desperdicios y pedazos de energía,
impulsos mordisqueados e intuiciones desmanteladas.
No se puede quedar quieto. Todo el día
se agita y cambia de postura,
vive una duermevela insomne en medio de agonías
crecientes
en un coche helado. El día no se acaba.
La noche será peor. Él espera
que haga efecto la anestesia
que ya le ha quitado la fuerza, su belleza
y su vida.

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